El limón es el mejor producto de limpieza natural y en esta entrada te explicamos el por qué. Su agradable olor lo hace el mejor aliado para la limpieza de tu hogar y además, aportará un brillo inigualable a las superficies en las que se impregna, actuando como un barniz pero natural.
Si lo alternamos con bicarbonato se convierten en la dupla perfecta para mantener tu hogar limpio e impecable.
Este rico cítrico contiene excelentes propiedades tanto desengrasantes como desinfectantes y blanqueantes.
Si alguna vez has experimentado problemas en la limpieza de tu hogar por un olor que no identificas su procedencia o una mancha que no se quita, el limón es tu solución.
Aquí te dejamos algunos tips con los que conseguirás solucionar todos estos problemas.
Un frigorífico con buen olor
Si al abrir tu frigorífico te das cuenta de que desprende un olor agrio y desagradable y no sabes cuál es el origen de este mal olor, lo único que tienes que hacer es partir un buen limón y dejarlo en el frigorífico durante mínimo media hora.
Enseguida empezarás a notar el olor agradable del cítrico.
La humedad en la cortina de la ducha
Para evitar que crezca moho y que acumule muchas bacterias es recomendable mantener la cortina de la ducha en unas buenas condiciones higiénicas.
Si has probado de todo, y nada te deja en buenas condiciones la cortina prueba este #tanatip.
Mezcla el zumo de cinco limones (aproximadamente) en un litro de agua caliente para después sumergir la cortina de la ducha durante un mínimo de 20 minutos. Cuando acabes este proceso, limpia tu cortina como lo haces habitualmente.
Si no notas una mejoría, prueba a frotar el limón directamente sobre el tejido y déjala en reposo treinta minutos. Una vez haya pasado este tiempo, frotala con un cepillo y luego enjuágala.
¡Después de todo este proceso tendrás una cortina como nueva!
Blanqueamiento de ropa con limón
Si quieres lavar tu ropa de una manera natural y ecológica, el limón es tu solución. Con el fin de devolverle el blanco a una prenda, vierte en un recipiente agua caliente, una pizca de jabón natural, el jugo de medio limón y un par de cucharadas pequeñas de bicarbonato. Empieza a mezclar hasta que esté todo disuelto y homogéneo. Es importante que lo hagas con guantes y con precaución para no quemarte.
Cuando ya tengas toda la mezcla preparada, mete la prenda que quieres blanquear durante un hora y luego enjuágala. A continuación, vuelve a introducir la prende pero esta vez en agua fría y con un chorro contundente de vinagre (esta vez déjala durante un par de horas).
Cuando haya finalizado este tiempo, procede a lavar la prenda a tu manera habitual y descubrirás el gran resultado.
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